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EN LA RUTA
duvernaycesar@yahoo.com
No en balde se ha dicho que el sentido común es en muchas ocasiones el menos común de los sentidos. Y la reflexión viene al analizar la reunión celebrada el pasado sábado por un pequeño de grupo de dirigentes del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), encabezados por su secretario General, Rogelio Genao.
Pese a que en la víspera una comisión oficial del PRSC coordinó con el presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Roberto Rosario, todo lo relativo al proceso de escogencia de la candidatura presidencial, programada a efectuarse entre el 6 y el 20 de noviembre, algunos compatriotas decidieron armar una edición personalizada de la Comisión Ejecutiva.
Sin razón divisionista que independientemente a no contar con la supervisión de la JCE para avalar la veracidad del quórum y por ende la legitimidad de la misma, tampoco tuvo la presencia del presidente de la entidad, del secretario de Organización, el presidente en funciones ni de sus principales autoridades ni líderes. Visto desde arriba pareciera como si dentro del partido colorado hubiera gente dispuesta a impedir que la entidad transite sobre los rieles de la institucionalidad, ni de una manera cohesionada.
Mentes para las cuales el fuego se apaga con gasolina y que en un ejercicio olímpico de egoísmo, mercantilismo y tozudez, no miden consecuencias ni ponderan perspectivas. Porque, en qué beneficia al partido crear un ruido mediático dizque para establecer acciones y fechas que no solamente están establecidas sino que incluso ya están encaminadas.
Extraña que gente inteligente anteponga sus apetencias y odios personales por encima del futuro de una organización en crecimiento a la cual todas las encuestas proyectan como pieza clave en las elecciones del año próximoÖ pero solamente si no se vuelven locos.
Mientras, con la tolerancia de un monje tibetano, convencido de que el interés grupal debe estar por encima de cualquier cosa, el presidente del PRSC, Carlos Morales Troncoso, apuesta a la unidad.
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